El emprendimiento femenino se rebela ante los altos índices de informalidad y desempleo. La celebración del Día de la Mujer amerita destacar que quedan aún muchas brechas y desafíos por vencer.

Según el Banco Mundial, en plena pandemia, en 2022 el Perú reportó la mayor tasa de participación laboral femenina en la región. Tras la drástica contracción de 13.12% en 2020, que nos convirtió en la nación con la mayor caída de este indicador en América Latina y el Caribe, dos años después las mujeres peruanas demostraron su empuje alcanzando una fuerza laboral del 66.07%.

A pesar de todo, en 2022 las mujeres emprendedoras del Perú sumaron 2’360,000 personas, con una participación del 42.7% en la estructura empresarial y la generación de alrededor de 9 millones de puestos de trabajo, de acuerdo con el Ministerio de la Producción.  Las características socioeconómicas de este grupo —casi el 20% de emprendedoras se encontraban en situación de pobreza o pobreza extrema— habla de la necesidad innegable de generar nuevos ingresos, pero también de su coraje y capacidad de no dejarse vencer frente a la adversidad.

UN DURO PANORAMA
Los avances en el acceso a la educación y la formación profesional o técnica son las grandes herramientas de las mujeres en los últimos años. Pese a ello no se ha podido revertir su escasa presencia en los sectores productivos mejor pagados (como la minería). Esta situación deriva en una brecha de ingresos que se calcula está por encima del 25%, es decir que por cada S/100 que gana un hombre, la mujer recibe S/75.  

Otro dato interesante arroja que el 50% de mujeres se desempeña en trabajos independientes o del hogar. En el caso de los hombres, la cifra se reduce a un 37%.

El último informe de empleo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) revela una preocupante realidad en el mercado laboral. Entre abril de 2023 y marzo de 2024 se registró que el 71.2% de la población empleada se encontraba en situación de informalidad, es decir sin protección social ni beneficios asociados al empleo formal. Si desagregamos esos números, el resultado arroja que las mujeres empleadas en este estado de vulnerabilidad alcanzan el 73.6% 

Las estadísticas más recientes y completas de la participación de las mujeres en el mercado laboral pertenecen al año 2021. El informe determinó que un 39.9% trabajaba como independiente, un 30.5% era parte del sector privado y el 8.3% pertenecía al sector público, las trabajadoras familiares no remuneradas alcanzaban el 16.8% y 4.4% eran trabajadoras del hogar.   

Dentro del ámbito privado, un 17.4% de mujeres trabajaban en empresas de 2 a 10 trabajadores, el 6.9% en compañías de 11 a 100 trabajadores y el 6.1% en empresas de 101 a más trabajadores.  

Así las cosas, queda muchísimo por cambiar y hacer. Que el Día de la Mujer marque el inicio de esa tarea.

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