"En esta ocasión, miles de limeños fueron tomados por sorpresa mientras manejaban, trabajaban, compraban o celebraban el Día del Padre. Nadie fue advertido. Nadie supo con tiempo". 

El violento sismo de magnitud 6.1 que remeció Lima y Callao este domingo dejó más que grietas en muros y vías: evidenció, una vez más, la grieta más peligrosa de todas: la falta de un sistema efectivo de alerta temprana ante desastres.

Mientras en países como México, Japón o Chile las alarmas suenan segundos antes de que un sismo golpee, en Perú seguimos confiando en los reflejos individuales y en la buena suerte. 

En esta ocasión, miles de limeños fueron tomados por sorpresa mientras manejaban, trabajaban, compraban o celebraban el Día del Padre. Nadie fue advertido. Nadie supo con tiempo. 

¿Y EL SISTEMA DE ALERTA SÍSMICA?
El Instituto Geofísico del Perú (IGP) ya ha anunciado que Lima registrará un sismo de 8.8 grados, similar al terremoto de cuatro minutos que dejó a la capital en tinieblas en 1746 y ocasionó un tsunami que desapareció casi todo el Callao. El terremoto que se avecina, según el IGP, sería 10 veces más fuerte que el sismo de Pisco en 2007. 

Por otro lado, el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred) ha señalado que alrededor de 1 millón 446 mil 991 personas estarán expuestas a huaicos y deslizamientos de tierra.

Todo lo que se viene, y lo que ya acontece —producto de las fuertes precipitaciones en Chaclacayo y Chosica (Lima), Mala (Cañete), Huancabamba (Piura), Jaén (Cajamarca), Huánuco y Cerro de Pasco—, es un recordatorio de que es necesario contar con un sistema de alerta que prevenga a millones de peruanos de desastres naturales y otro tipo de emergencias.

El problema es que ni el Sistema de Mensajería de Alerta Temprana de Emergencias (Sismate) —a cargo del Ministerio de Transportes y Comunicaciones— ni el Sistema de Alerta Temprana Sísmico Peruano (SASpe) —a cargo del IGP y de Indeci— están listos. Ambos proyectos tienen como objetivo darles un tiempo a millones de peruanos para responder adecuadamente ante una catástrofe. En el caso del SASpe, las sirenas nos darían ocho segundos para reaccionar ante un terremoto.

Según el presidente del Capítulo de Ingeniería del Colegio de Ingenieros del Perú, César Torres, el Perú tiene un silencio sísmico importante. “Para el Perú, la alerta tiene que ser puesta en funcionamiento cuanto antes. Mientras esto se demore, vamos a vivir en la incertidumbre”, expresó Torres.

SIN ALERTA HASTA NUEVO AVISO
La última señal de vida del Sismate fue en julio de 2022, cuando empezaron a llegar mensajes de alerta de Indeci a los celulares. Después de aquella prueba, no se supo más del sistema de mensajería, que le costó al MTC más de S/40 millones y que debió estar listo en junio de 2021.

En realidad el sistema está muy demorado y seguiremos esperando. 

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