Según la Unesco, solo un 35 % de los estudiantes de carreras STEM a nivel global son mujeres; en Perú, este porcentaje se acerca al 30 %, según la Sunedu. 

Los tiempos cambian, pero aún persisten ciertas ideas. “¿Vas a estudiar ingeniería? Eso es muy difícil, mejor dedícate a algo más fácil”. “¿Estás segura de que vas a poder levantar todo ese equipo? No es una tarea para chicas”. Comentarios como estos son solo una muestra de los prejuicios y estereotipos que muchas mujeres han enfrentado y, en algunos casos, continúan enfrentando al estudiar disciplinas dominadas por hombres.

En el Día Internacional de la Mujer, se conmemoran los avances alcanzados por las mujeres y visibilizar las barreras que aún persisten, a través de historias de ingenieras y químicas de profesión que son líderes.

Ellas son Andrea Matuk, Ana Luna Torres y Nancy Chasquibol, profesionales ejemplares que tienen el propósito de empoderar a las nuevas generaciones de mujeres que eligen estudiar carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés) y que son parte del 35 % de las personas que estudian estas disciplinas a nivel global, según la Organización de las Naciones Unidas.

La huella del pasado
Andrea Matuk, directora de la Escuela de Ingeniería de Sistemas de la Ulima, nos dice que al principio sus padres dudaban de que eligiera esta disciplina, mientras que a sus hermanos se les ofreció postular a opciones más técnicas y académicas. “Esta situación refleja la tendencia de la sociedad a segmentar las profesiones según el género, clasificándolas como 'femeninas' o 'masculinas',” explica Matuk, y agrega que, cuando ingresó, la única profesora mujer que tenía era la de contabilidad.

Ana Luna Torres, docente de la Carrera de Ingeniería Civil, fue distinto. Su padre, al estar muy vinculado a empresas constructoras y formar parte de un entorno familiar donde predominaban mujeres que estudiaban y trabajaban, le brindó su apoyo de inmediato. Además, la coyuntura desempeñó un papel fundamental. “Cuando estudiaba, el país vivía una época convulsionada donde se valoraba enormemente a los ingenieros”, señala.

Nancy Chasquibol, química y docente de la Carrera de Ingeniería Industrial, también recibió el apoyo familiar. Ella, originaria de Amazonas, recuerda que sus padres siempre respetaron su decisión. “Vengo de un colegio mixto donde no había distinciones y siempre hubo una competencia sana con mis compañeros para demostrar nuestros conocimientos y habilidades, sin importar el género. Cuando ingresé a la universidad, aunque noté que la mayoría de los estudiantes en mi carrera eran hombres, mantuve esa misma filosofía y busqué sobresalir”, resalta.

Lograr el empoderamiento de las mujeres y su acceso a puestos de liderazgo —como lo hicieron Matuk, Luna Torres y Chasquibol— es esencial para generar un cambio significativo, tanto para ellas como para las organizaciones en las que trabajan. Según Aequales, cuando más del 30 % de las posiciones de alta dirección son ocupadas por mujeres, las empresas experimentan un aumento superior al 20 % en su rentabilidad. 

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